La instrucción, educación, enseñanza femenina en Huéscar hasta el siglo XX
D. José Ujaque, director del CEIP Cervantes y segundo teniente de Alcalde de Huéscar, ofreció un recorrido histórico sobre La Educación en Huéscar -especialmente la educación femenina- desde el siglo XVI al siglo XX. Nos presentó datos de archivo interesantes y necesarios para contextualizar la situación educativa que heredó Carmen Bustos -la hermana mayor de Francisca- en 1934, y la propia doña Paquita en 1944. (8 de marzo de 2018. Homenaje a doña Paquita Bustos).
Nos reúne una figura femenina simbólica y representativa de la enseñanza, de la educación de Huéscar y de la Comarca, Dª Mª Francisca Bustos Jiménez, doña Paquita como la conocimos. Figura del siglo XX, por su trabajo en Primaria y en especial por su esfuerzo en la enseñanza media, bachillerato e instituto, etc.
Como marco a la instrucción femenina pública y en ocasiones privada en Huéscar haremos un rápido recorrido por las escuelas de niñas y la educación de la mujer en Huéscar desde la reconquista hasta el siglo XX.
Por suerte hoy vemos la enseñanza, la escuela, como algo normal, igualitario, de pleno derecho para niños y niñas; pero no siempre ha sido así. La enseñanza siempre estuvo pensada y diseñada para el hombre y no para la mujer, quedando ésta muy relegada al ámbito doméstico y a un papel arcaico de la mujer en esta sociedad.
La enseñanza y educación de la mujer en general y en Huéscar en particular ha sufrido los avatares propios de las épocas históricas, de las leyes, de la concepción y papel de la mujer a lo largo de la historia, etc. Si aún hoy se lucha por los derechos y la igualdad de la mujer, imaginémonos en siglos pasados.
Siglos XVI, XVII y XVIII
En Huéscar hay datos de enseñanza y enseñantes desde el siglo XVI. La enseñanza, la educación estuvo muy restringida para la mujer, relegada al ámbito familiar, privado y de manera selectiva, por lo que la referencia hasta el siglo XIX es básicamente de niños y hombres.
Desde el siglo XVI hay datos en Huéscar de licenciados, maestros de primeras letras, de bezar a leer, y de gramática. Como referente histórico simbólico y de manera emblemática funcionó en Huéscar un Colegio-Seminario desde la reconquista; sito en la calle Mayor (actual edificio Cervantes) en el cual se enseñaba a leer, escribir y las cuatro cuentas… y en algunas épocas hubo un preceptor de gramática para los que ampliaban los estudios con vista a incorporarse al clero o a la administración pública o privada. Como he dicho anteriormente, siempre hombres.
El maestro de primeras letras era cualquiera que supiera leer y escribir y solía tener este empleo como complemento de otra actividad, no hubo una regulación del magisterio hasta el siglo XIX
En la Huéscar de 1500 a 1800 no hay instituciones de enseñanza femenina, no hay escuelas de niñas. Para entender la enseñanza y la educación en estos primeros años de reconquista hemos de pensar de forma diferente a como lo hacemos y entendemos hoy en día.
En aquel tiempo la enseñanza iba muy ligada a la familia al igual que la educación, de manera que era en el seno de la familia, en la casa donde se recibía dicha educación en valores y actitudes, y por lo que respecta a la enseñanza de la lectura, escritura, números, etc., dependía de la propia familia, en la propia casa, ya que si los padres, ambos o alguno de ellos sabía leer, escribir, cuentas, ellos mismos enseñarían a sus hijos en primera instancia e hijas en segunda. Por otro lado existían “maestros” de enseñar a leer y escribir que eran personas que sabían y además de otros menesteres u oficios ejercían el de enseñar y algunas familias les enviaban o confiaban a sus hijos (lectoescritura, cuatro reglas y doctrina, algunos latinidad) y rara vez a las hijas (a alguna dama, ama o religiosas).
Nada sabemos de la educación en Huéscar en la época musulmana, pero los modelos en todas las culturas no diferían mucho, se daba una enseñanza (fundamentalmente oral) sobre la religión, valores, normas, etc. y otra sobre el aprendizaje de la lectura y la escritura, que en el caso de los musulmanes se enrarecía ya que en Huéscar como en toda España la mezcla de lenguajes llevó a usar en el lenguaje ordinario, vulgar un dialecto que un musulmán recién llegado no entendía, lo cual dificultaba la enseñanza más o menos académica de la lectura y la escritura arábiga. En cuanto a los lugares de enseñanza estos giraban en torno a la mezquita y en las casas particulares, talleres, huertos, tiendas, etc. Los maestros estaban ligados al estamento religiosos por un lado y a cualquiera que supiera o hubiera estudiado por otro.
En estos primeros años de reconquista, además de leer y escribir o al margen de ello, enseñaban, de manera oral, la “doctrina” (normalmente personas del clero) ya que estamos en unos tiempos donde nos encontramos aun con musulmanes que practican su religión, mudéjares más tarde moriscos, cristianos viejos, cristianos nuevos. Esta doctrina es obligatoria, habiendo instrucciones precisas que marcaban su obligatoriedad.
La permisividad de las capitulaciones para la conversión de los moriscos de Huéscar (1501) en cuanto al mantenimiento de sus costumbres y lengua (ya que se les permitía hacer sus contratos en arábigo) se va restringiendo y se va imponiendo la obligatoriedad del castellano y la religión cristiana.
En las Ordenanzas de la Ciudad de Huéscar de 1526, en su Título 35, relativo a la doctrina de los cristianos nuevos”, se recogen ordenanzas anteriores de cuando el Duque visitó la ciudad (1514), y se estipula, entre otras cosas, que los moriscos convertidos (cristianos nuevos) sean instruidos en la doctrina cristiana y dejen los usos y ceremonias que solían hacer (…)
“Que los maestros hagan padrón de los niños y que la justicia los apremie e ir a leer y aprender.”
[…]
Consecuencia de estas ordenanzas es que en 1514, aparece un padrón de los niños cristianos nuevos que han de ir a la escuela y a la doctrina (hecho a petición del Duque de Alba señor de estas tierras en esas fechas).
PADRÓN DE LOS NIÑOS CRISTIANOS NUEVOS QUE HAN DE IR A LA ESCUELA Y A LA DOCTRINA AÑO DE 1514
Copia de los niños cristianos nuevos que hay en esta villa de Huéscar, que han de venir a la escuela por mandado del Ilustrísimo Señor el Duque de Alba, mi señor; la que se hizo por mandado del señor Alcalde mayor de Su Señoría el bachiller Gonzalo de Peñalosa.
Pedro, hijo de Luis Cachopo; Luis, hijo de Carlos Almonabarí; Francisco, hijo de Lope Cazmedén; Luis, hijo de Carlos Alcadí; Fernando y Luis, hijos de Alcazahueja; Pedro, hijo de Fernando el Titi; Luis, hijo de Fernando Abulfate; Fernando, hijo de Alfahaz, zapatero; Fernando, hijo de Alonso Hucri; Fernando…; Antón, hijo de Antón Madrid; Diego, hijo de Ruy Díaz; Alonso, hijo de Guchepe.
Como vemos, ninguna niña
Así pues la enseñanza en estos primeros años se utiliza fundamentalmente como instrumento de adiestramiento e integración forzosa, de conversión de los moriscos en cristianos. Así mismo, como ya hemos dicho estaba ligada a la familia, pero paralelamente en Huéscar se llega a un acuerdo para sufragar el colegio-seminario y maestros de primeras letras y de gramática (especialmente para las familias que podían y como preparación y captación de personas para la iglesia y para el pueblo) pero en ningún momento con carácter general para toda la población. Este acuerdo implica a tres partes, el ayuntamiento o cabildo municipal, el estamento eclesiástico y al señor de las tierras (primero el conde de Lerín y después el Duque de Alba), que se comprometieron a costear a este colegio y a estos “maestros” a tercias, es decir cada parte aportaba un tercio de los gastos y emolumentos de éstos.
Esto conllevaría algunos problemas a posteriori en cuanto a su cumplimiento y el pago en tiempo y forma a los “maestros”, que no maestras. Y en cuanto a la selección y nombramiento de los mismos que no siempre coincidía en gusto de las tres partes.
Esta función de enseñanza, como ya he dicho, la desempeñaban personas de diferentes oficios y muchos de ellos ligados al clero, al servicio de la iglesia, del pueblo o de los señores, que se encargaban de enseñar a leer y escribir (maestros de bezar a leer o de primeras letras) o a darles un nivel algo más elevado en escritura, lectura, números y saberes (maestros de gramática) a los muchachos que a ellos acudían (y digo muchachos por que las niñas eran muy pocas o ninguna).
Por lo general no había edificios dedicados a la enseñanza, sino que cada maestro enseñaba en su casa o algún lugar habilitado (para poco número de alumnos) … pero Huéscar es una excepción ya que contó con un colegio-seminario que fue edificio docente durante unos 450 años para primeras letras y aula de latinidad o gramática habilitada en el convento de San Francisco más tarde y durante un corto periodo. En el archivo de Protocolos (1563?) parece haber una referencia escrita a escritura del Colegio de Huéscar.
Siempre estuvo sito en la calle Mayor en el solar que acabaría siendo las Escuelas Graduadas y el colegio Cervantes antiguo. Hoy edificio Cervantes.
En cuanto a maestros los primeros datos aparecen en las cuentas de administración del Duque de alba de 1535-1536 donde aparece una partida que dice “… al licenciado Bernardo Astor, maestro de enseñar lengua latina en el Seminario de esta ciudad 440 reales al año…” (Archivo de la Real Chancillería de Granada, signatura 3ª – 1038 /13)
Las ordenanzas e intentos de que los niños vayan a aprender a leer y escribir será una tónica que perdurará hasta la segunda mitad del siglo XX, ya que los niños tenían que ayudar en la casa y en las faenas del campo, animales, etc., por lo que no acudían a la “escuela” o lo hacían poco tiempo; por ello las tasas de analfabetismo eran grandísimas. Y cuando nos referimos a niños no es genérico sino sólo niños, las niñas ni se contemplan.
El clero necesitaba gente (hombres) que supiera leer y escribir (pero no mucha), el pueblo necesitaba gente (hombres) que supiera leer y escribir (pero no mucha), la ignorancia era un factor que permitía el control de la población, el cual dependía de los que sabían. En el caso de la mujer… ni ocupaba cargos, debía ser controlada y sumisa, dependía del hombre, no era considerada y mucho menos instruida.
En el siglo XVII y XVIII además de la escuela de primeras letras había preceptor de gramática, latinidad e incluso una cátedra de gramática para hijos de… que se dedicaban al estudio, mejor dicho al no estudio pero se quitaban de tareas más duras y vivían alegremente y con no pocos altercados en el pueblo.
Los maestros y preceptores, a veces, tampoco cumplían siempre con su deber, hay casos de apercibimientos por dedicarse a otros menesteres, privados, religiosos, etc., y no a impartir enseñanza o tener ésta muy descuidada.
Así permanece la instrucción pública, cuasi inalterable hasta el siglo XIX, maestros de primeras letras y de latinidad en el casco urbano y personas que sabían leer y escribir e iban por las casa y cortijos y anejos enseñando por comida y dinero. Los locales en pésimas condiciones higiénicas, salubridad, temperatura, etc.
Sólo en el siglo XIX se inicia tímidamente y después con más fuerza un cambio en la enseñanza, y en especial hacia la mujer, como siempre más en el papel que en la realidad de una Huéscar, rural, pobre, jornalera … cuyas niñas no asisten a la escuela, una clase intermedia que es la que asiste y una clase pudiente que se instruye con preceptores particulares, privados.
Si los índices de analfabetismo eran desoladores en hombres, imaginémonos en mujeres. La enseñanza de éstas quedaba relegada al seno y ámbito familiar.
Artículo publicado en la Revista De Lectio:
José Ujaque García. Director del CEIP Cervantes (Huéscar).
De Lectio. Revista de Filosofía, Historia y Literatura. ISSN: 2445-0316. Número 6, de diciembre de 2020.
Una primera versión de este artículo fue preparada para el homenaje a doña Paquita celebrado el 8 de marzo de 2018.
D. José Ujaque, director del CEIP Cervantes y segundo teniente de Alcalde de Huéscar, ofreció un recorrido histórico sobre La Educación en Huéscar -especialmente la educación femenina- desde el siglo XVI al siglo XX. Nos presentó datos de archivo interesantes y necesarios para contextualizar la situación educativa que heredó Carmen Bustos -la hermana mayor de Francisca- en 1934, y la propia doña Paquita en 1944.
Continuará…