El Renacimiento y las ciudades andaluzas. La “Nova Roma” y la “capital del Imperio Católico”

JUAN MANUEL MARTÍN GARCÍA

UNIVERSIDAD DE GRANADA

 

El Renacimiento en Andalucía se ha­lla íntimamente ligado a dos he­chos históricos fundamentales: la configuración del primer Estado Moderno europeo, sólo posible a raíz del final de la se­cular guerra contra el Reino de Granada, úl­timo baluarte de la presencia islámica en Occidente; y el descubrimiento de América y la consiguiente proyección transatlántica de la cultura occidental.

Ambos episodios tuvieron lugar en 1492 y los dos representan la liquidación definitiva de la Edad Media (o al menos así lo ha queri­do ver la historiografía) y los albores de una nueva etapa de modernidad política, artísti-ca y cultural que va a contribuir a la particu­lar configuración de los paisajes urbanos y arquitectónicos de una serie de ciudades lla­madas a ocupar, por motivos muy diversos, un lugar fundamental.

En relación con lo primero, es decir, la incorporación de Granada a la Corona de Castilla y el inicio de su redefinición en el marco de un urbanismo cristiano y castella­no, no cabe duda que la realidad de ese nue­vo contexto histórico y cultural que repre­senta el modelo de Estado, que se inaugura con la unión dinástica y matrimonial de los Reyes Católicos a partir de 1464, se va a pro­yectar sobre un escenario lleno de noveda­des. Un paisaje, con especial trascendencia en relación con sus efectos sobre las formas urbanas, que por diversas circunstancias re­sultaba extraordinariamente apropiado para poner en marcha buena parte de los pro­yectos que conforman esta etapa de cambios y transformaciones.

No menos importante va a resultar el episodio de la aventura americana, sobre to­do para Andalucía y, en particular, para la ciudad de Sevilla, en tanto que sirve de so­porte a una nueva visión del mundo con proyecciones hacia lo político, lo económi­co, lo religioso y lo cultural, que en su con­junto convierten a esta tierra del sur penin­sular en un marco de referencia casi obliga­do, en un paradigma, de todo cuanto se ha­ce realidad en los territorios indianos.

EL RENACIMIENTO EN ANDALUCÍA ESTÁ LIGADO A DOS HECHOS: LA CONQUISTA DEL REINO DE GRANADA Y EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.

LOS TESTIMONIOS GRÁFICOS

Cualquier aproximación a lo que debió ser la imagen de muchas de las ciudades y poblaciones an­daluzas de comienzos del siglo XVI encuen­tra, necesariamente, un importante sopor­te documental en los numerosos testimo­nios de viajeros, diplomáticos y eruditos en general que las visitan o residen en ellas durante algún tiempo. Los libros de viaje, las relaciones o crónicas de acontecimientos históricos relevantes y, a veces, las aprecia­ciones, en ocasiones marginales, que apare­cen en algunos textos son un buen referente de cómo iban operándose estas transforma­ciones o, al menos, de cuáles eran los ele­mentos de mayor interés.

Lo mismo podría decirse ante la prolife­ración de imágenes y grabados que, de for­ma directa o indirecta, contienen referen­cias sobre aspectos urbanos y arquitectóni­cos de muchas de estas ciudades. Excepcio­nales son en este sentido las representacio­nes que sobre algunas localidades andalu­zas se encuentran incluidas en el Civitates Orbis Terrarum, cuyas ilustraciones fueron realizadas por Joris Hoefnagle y que es, posi­blemente, uno de los primeros intentos de la época moderna por captar, con fidelidad y rigor, la fisonomía urbana de muchas de las ciudades que se incluyen en la obra. Y todo ello como parte del creciente interés que se produce durante el reinado de Felipe II por todo lo que tiene que ver con la representa­ción gráfica de la realidad y las políticas de intervención sobre el territorio.

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