Una industria que ya no existe, pero cuyo conocimiento y memoria es preciso recuperar. La referencia aparecía en un testamento de un señor de Huéscar: Ramón Jiménez Ruiz, que murió en 1914.

Angustias Muñoz González hereda una parte de la fábrica de hierro

Herencia de Ramón Jiménez Ruiz, esposo de Angustias Muñoz González (n. de Castril) (ver el capítulo 7). La viuda, Angustias Muñoz González, (hija de José María Muñoz Toral, de Castril y de Matilde González, de Gor) hereda de su marido —entre otras propiedades— lo que le correspondió por herencia de sus padres: una parte de la fábrica de fundición de hierro de Gor. Su padre había fallecido en 1893.

Cuarta parte de una quinta proindiviso con sus hermanos en la mitad de una fábrica que fue fundición de hierro en el término de Gor, con sus terrenos adyacentes. Linda, por Poniente, con el río; Levante, Sur y Norte, con terrenos del cortijo de Bartalón. Esta fábrica la adquirió la viuda por herencia de sus padres.[1]

[1] Partición de bienes de Ramón Jiménez Ruiz.


Valle del río Gor en la Sierra de Baza. Fotografía de José Ángel Rodríguez Sánchez
La minería en Gor, por Antonio Alías

[…] Según el diccionario de Madoz, una fábrica de hierro construida en 1845, movida por las aguas del río, a la distancia de una legua del pueblo, para beneficiar la abundante mena que se encontraba a media legua hacia el sur. El hierro que se sacaba era de lo mejor que se conocía y muy considerables ya los pedidos que se hacían al fabricante que era del mismo pueblo. [Continuación en el libro Casas, tierras, industria…]

Antonio Alías Ruz: Aproximación a la Historia de Gor. Ayuntamiento de Gor, 2011, pp. 385.


El Río Gor alimentaba la fábrica de hierro, en la Sierra de Baza.
Fotografía de José Ángel Rodríguez Sánchez

Valle del río Gor en la Sierra de Baza. Fotografía de José Ángel Rodríguez Sánchez

Eduardo Pretel Guzmán y su familia en el Taller de Tricotosa. Fotografía proporcionada por su bisnieto, José Luis Martínez Clares

Eduardo Pretel Guzmán, «El Tío Eduardico», como pasaría a la memoria colectiva goreña, llegó a Gor en el último cuarto del siglo XIX, siendo muy joven, y procedía de Baza (hay que tener en cuenta que en esta época Gor era centro de atracción de emigrantes de las poblaciones vecinas). Una vez en Gor, facilitó la llegada de sus primos, también de Baza, de quienes nos vamos a fijar en uno en concreto por su estrecha vinculación con Eduardo: Enrique Pretel, padre del político goreño Antonio Pretel Fernández y fundador de la empresa eléctrica «Nuestra Señora de la Aurora», que proporcionaría suministro eléctrico a Gor a partir de 1905. Otro de esos primos fue el también llamado Eduardo Pretel, que fue trabajador en la fundición de hierro.

Antonio Alías: “El empresario Eduardo Pretel



Taller de Tricotosa: al mismo tiempo que ejercía su labor de dirección en la fábrica de luz, Eduardo Pretel fundó un taller de tricotosa en la calle Real, donde tenía varios trabajadores y trabajadoras. En el taller, se confeccionaban prendas de ropa hechas con lana. Dichas prendas, se vendían en tiendas de Gor, pero también ‘exportaban’ a Guadix, Baza y Granada gracias al ferrocarril. Igualmente, se atendía a los particulares que se acercaban hasta la tricotosa para comprar cualquier producto. Este negocio es el que aparece en la fotografía adjunta, cuyo pie de foto dice textualmente: de pie, a la izquierda, Eduardo Pretel.  A la derecha de la imagen, sentada, su esposa Eufrasia Guzmán. En primer plano, están tres de sus hijas. De izquierda a derecha: África, América y Europa. El resto de las personas que aparecen son trabajadores de su taller de tricotosa, situado en la calle Real de Gor. El año es 1910”.

José Luis Martínez Clares, 2023






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